martes, 30 de agosto de 2005

La educación hacia una nueva generación de jóvenes

Según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional 2003 (Casen), uno de los principales avances fue el experimentado en la educación, que se traduce en el aumento en los años de estudio de la población. Y precisamente este progreso -que benefició al segmento de menores ingresos- da cuenta que son los jóvenes de 15 años o más, quienes aumentaron de un 9,8 a un 10,1 por ciento entre el 2000 y el 2003, su escolaridad. Aún cuando este incremento parezca reducido, lo importante es que a través de las políticas gubernamentales se logró que en el 10 por ciento más pobre de nuestra población, los jóvenes entre 15 y 24 años tengan 1,6 veces más años de estudio que sus padres y casi tripliquen la de sus abuelos.

A la luz de los resultados, podemos también inferir que la promulgación de la ley impulsada por el Presidente Lagos y que establece escolaridad obligatoria de 12 años, es un pilar fundamental para sostener y consolidar estas cifras.

En la educación superior, los resultados son alentadores. La cobertura aumentó de 16% en 1990 a 37,5% el año pasado. El alza ha sido importante en todos los estratos socioeconómicos, pero lo más importante es que en el 20% más pobre, aumentó de 4,4% a 14%.
Respecto de la deserción escolar, los datos nos indican que entre los años 2000 y 2003, el porcentaje de personas entre 14 y 17 años que no estaba asistiendo a la escuela se redujo de 9,9% a 7,2%. Sin embargo, aún nos quedan desafíos por delante, por cuanto pese a que la cobertura educacional en la enseñanza básica es prácticamente de 100%, aún quedan jóvenes que están fuera del colegio e inclusive, en el 20% más rico de la población, existe un 1,3% de jóvenes que están fuera de la educación formal.

Se ha avanzado, es cierto, pero las causas de abandono escolar, siguen siendo las mismas que la medición registró el año 2000, lo cual nos plantea nuevas metas. Mujeres que desisten del colegio por maternidad y embarazo y hombres que lo hacen por empleo y problemas de rendimiento, son los motivos por los cuales la y los jóvenes abandonan las escuelas, debiendo ello constituir una principal preocupación.

Pero el avance no sólo puede traducirse en cobertura, sino que un desafío pendiente es también la calidad y pertinencia. Es aquí donde se abren buenas oportunidades. Si miramos la Reforma Educacional por ejemplo, debiera ser un pilar fundamental que nos lleve innovar y crear una nueva educación para Chile, impregnada de tolerancia, diversidad, de cara a las nuevas tecnologías, a la exploración de mundos nuevos y ámbitos que permitan dar saltos cualitativos, que marquen ventajas comparativas de lo que otros países hacen en esta materia. El horizonte al que avanzamos debiera poner siempre el acento en que esta nueva educación a la que aspiramos permita hacer de Chile un país más justo, solidario, democrático y emprendedor.

martes, 16 de agosto de 2005

La juventud en el año electoral

Así se titula un artículo que me pareció importante compartir con Uds., escrito por Claudio Coloma, perteneciente a la Comisión Juventud del programa de gobierno de Michelle Bachelet, el cual fue publicado en el Diario La Nación, en el que se vierten algunas ideas y reflexiones que les invito a comentar.

El Artículo textualmente dice lo siguiente:

“A pesar de la poca importancia que tiene el tema juventud en la política nacional, se debe estar consciente de la relevancia estratégica que éste puede tener como un elemento diferenciador entre los candidatos para captar los votos indecisos y primerizos en las elecciones de diciembre próximo. Sin embargo, la implementación de una política sobre la juventud en Chile carece de un proceso social de reflexión y crítica fundamentada.

Existen consensos teóricos en torno a algunas características que la mayoría de los jóvenes presenta. La primera es la sensación de inseguridad para mejorar su calidad de vida, producida por la incertidumbre laboral, por no tener una educación equitativa. Esto se complementa con un reciente estudio del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) que identifica las principales causas que impiden estudiar a los jóvenes: problemas socioeconómicos y su prioridad por encontrar trabajo. Sólo 33% de las personas entre 19 y 24 años estudia. La inseguridad se conjuga con la falta de posibilidades en áreas como la cultura, el arte y el deporte, que bien podrían ser fuentes laborales profesionales.

Otra característica es el individualismo por el premio al esfuerzo y la competencia desigual. El mismo estudio del Injuv indica que las principales características de Chile, según los jóvenes, son el consumismo y la falta de igualdad de oportunidades. Una tercera característica es el desencanto con la política y, en mayor medida, con las personas que la ejercen debido a que no se identifican con ellas. Si en 1988 era 36% del electorado, hoy no sobrepasa el 17%; este desencanto aleja del entendimiento de los procesos políticos y sus coyunturas. Olvidamos que la competitividad de capital humano se crea con sujetos crítico- argumentativos de su entorno, activos y emprendedores. Al respecto, sólo 15% de los jóvenes entre 25 y 29 años estudia. Esto hace suponer que los postgrados son cursados por elites.

Hay que contribuir a que los jóvenes generen ideas innovadoras, lo que sólo puede incentivar el fomento a la lectura mediante la reducción de los precios de los libros. También es necesario instalar en el debate la inclusión social de los jóvenes rurales, coordinar programas de salud y acceso a la vivienda para menores de 30 años, potenciar instituciones educacionales estatales en regiones, las principales contribuyentes para descentralizar el país. Además, debemos atrevernos a discutir sobre el uso y manejo de la marihuana o la profesionalización de la política con recursos estatales destinados a todos los partidos para garantizar una formación de calidad para los políticos y líderes del futuro.

A modo de ejemplo, basta con decir que sólo al programa de “Vacaciones Tercera Edad” se le asigna más presupuesto que a todo el Injuv a nivel nacional (2 mil 291 millones de pesos versus mil 990 millones de pesos para 2005 aproximadamente). La sociedad debe entender que los jóvenes merecen mucho más que programas como Mekano, que hacen dormir en la fantasía del consumo y en la evasión de los problemas”.

El artículo de su fuente original en: La juventud en el año electoral

jueves, 11 de agosto de 2005

Vamos, Inscríbete, cambia la historia, está en tus manos...

Ella es Javiera Rossel, 20 años, estudiante de periodismo, Universidad de Chile. En el Diario La Nación en su segmento “Sociedad” expresa lo siguiente:


Por qué me inscribí...

“Me inscribí, porque es la forma que existe para dar mi opinión, para decir lo que quiero de mi país. Nunca me cuestioné el inscribirme y cuando lo hice me sentí feliz. Incluso, plastifiqué mi carné electoral”.

El plazo para la inscripción electoral vence el sábado 10 de septiembre de 2005. Las Juntas Inscriptoras funcionarán todos los días hábiles, de lunes a sábado, en dobles jornadas, hasta el mismo día del cierre inclusive. En este período se puede inscribir en los registros electorales y también realizar cambios de inscripción por cambio de domicilio, rectificación de partida de nacimiento, etc.

Horarios de Juntas Inscriptoras Lunes a viernes, de 9 a 13 hrs. y de 15 a 19 hrs. Sábado, de 10 a 14 hrs.

Requisitos:

Chilenos: presentar cédula nacional de identidad vigente.

Extranjeros: presentar cédula de identidad para extranjeros vigente y entregar certificado de avecindamiento en original otorgado por las Gobernaciones provinciales.

Menores de edad: se pueden inscribir personas de 17 años que cumplan los 18 a más tardar el día de la elección.

Más información en el Injuv o en el Servicio Electoral.

lunes, 8 de agosto de 2005

Algunas Pistas del Voto Juvenil

La visión que la juventud tiene de sí misma responde a las condiciones de una sociedad donde el mercado ocupa una posición destacada; por ello aparecen más individualistas y competitivos que los jóvenes de generaciones anteriores. Por lo mismo aparecen alejados de la política porque en ellos, más que la concepción de derechos sociales opera la idea de que su inserción social depende de sus recursos y capacidades individuales. La vida de los jóvenes no se orienta hacia la integración política, pero tampoco a la ruptura. Los jóvenes ponen un énfasis menor en la política en cuanto vía para la realización de sus ideales y la miran de forma más bien instrumental.


Lo anterior no debe llevar a pensar que los jóvenes carecen de interés por la vida pública; sino que su interés corresponde más bien al ejercicio de decisiones por ciudadanos autónomos. Los jóvenes de esta generación se representan menos que las anteriores en el sistema político; sus imágenes de colectivo, la representación de sus derechos, pasan más por la cultura o la búsqueda de oportunidades de movilidad social que por la actividad política.

La distancia entre jóvenes y política se aprecia en la afirmación casi unánime “los políticos no representan los intereses de los jóvenes”. En tales condiciones, la oferta y logros de los políticos se concentran, en efecto, en los intereses de votantes de mayor edad, lo cual otorga respaldo empírico al juicio de los jóvenes. Si bien éstos fuera de los registros electorales son más de dos millones de electores, el tema de fondo es cómo los bloques políticos muestran serio interés en promover su inscripción, sin calculadora en mano, sino más bien para hacer un nuevo pacto social en el país, donde la juventud tenga voz y voto.

La menor inscripción en los registros electorales de ninguna forma constituye un indicador definitivo de la menor participación de los jóvenes en la vida pública. Hablar de “déficit de participación cívica” constituye una muestra de los análisis cuyo punto de referencia son las generaciones adultas. Los jóvenes, de hecho, participan en la vida pública y asociativa, aunque por canales diferentes a los que lo hicieron las generaciones anteriores. Sus imágenes de colectivo, la representación de sus derechos, pasan más por la cultura cotidiana o la búsqueda de oportunidades individuales que por una presencia pública traducible en su participación en procesos políticos nacionales.

Estas, sin duda alguna, son señales claras y concretas que deben ser percibidas, acogidas y traducidas en propuestas concretas del mundo político hacia las y los jóvenes, quienes no cuestiona su apego a la democracia, pero sí buscan profundizarla y perfeccionarla, para hacerla menos ideológica, más moral, más pragmática, menos centralizada y mucho más tolerante.

viernes, 5 de agosto de 2005

A 60 años del Genocidio Japonés

Con el domo atómico del Parque Memorial de la Paz de Hiroshima como fondo, John y Carrie Schuchardt de EE.UU. sostienen un cartel en el cual piden perdón a nombre del pueblo norteamericano por las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki.

Esta es la verdadera sensibilidad, dignidad y honor de los hombres y mujeres de este país, que marca una distancia infinita de lo que es la sensibilidad, dignidad y el honor de aquellos que han habitado y dirigido el mundo desde la Casa Blanca.

A la memoria de los miles y miles de niños, mujeres y hombres inocentes, víctimas de este genocidio. A 60 años de esta horrible realidad, la que tiene Marca Registrada (Made in USA).

lunes, 1 de agosto de 2005

No Botes la Esperanza, Vota por el Futuro

En el contexto de la campaña de Inscripción Electoral Juvenil que realiza el Instituto Nacional de la Juventud Injuv desde Agosto y hasta el 10 de Septiembre de 2005, genera la oportunidad de poner en el tapete público la importancia de debatir acerca de la calidad de la democracia que queremos para el país.

Es así que resulta ilusorio pensar que es posible separar el sistema electoral del comportamiento de la juventud al momento de decidir participar o no en cualquier actividad política, pues esta no es indiferente al sistema electoral, particularmente porque en él son vulnerados ciertos principios básicos de la democracia, traducidos en un sistema de carácter binominal que consagra la institución del voto útil dada las pocas posibilidades de las alternativas minoritarias. Así, la eventualidad de seleccionar entre una gama de posibilidades desaparece, disminuyendo el interés juvenil por participar de un sistema rígido, inmune a sus demandas y poco representativo.

Aquí destaco la importancia de la propuesta hecha por el Presidente Ricardo Lagos en relación de legislar a favor de una inscripción automática y voto voluntario, como una alternativa real que aportaría a superar la desafección y lejanía de la juventud con los procesos electorales.

Así, es preciso avanzar hacia un sistema distinto, que permita una elección real, un vínculo más simétrico entre representantes y representados y un equilibrio adecuado entre mayorías y minorías, pues el imperativo de resguardar los derechos de las minorías no puede ni debe ser confundido con un sistema donde la búsqueda de referentes políticos mayoritarios vulnere el principio democrático de la representatividad. Esto permitiría dar mayores certezas de que todo voto no está jamás verdaderamente perdido, siendo esto un aspecto fundamental en la lógica juvenil.

La realidad de estos años ha mostrado ejemplos de candidatos que por el sólo acto de inscribirse en el registro electoral como tales, son en la práctica electos, por lo que se presenta la necesidad de dotar de mayor representatividad a los elegidos.

Lo que realmente importa es hacernos cargo de la baja participación electoral de la juventud, ya que es un hecho concreto que el padrón electoral ha envejecido, disminuyendo los electores menores de 29 años, con todas las consecuencias que ello implica, como por ejemplo la ausencia de un discurso y propuesta concretas del mundo político hacia los jóvenes y, por otro lado, la casi nula influencia de dicho grupo respecto en la elección de nuestros representantes.

El desafío apunta a que toda modificación que se refiera al sistema electoral debe tender no sólo a incorporar de manera más expedita a los nuevos ciudadanos. Es por ello, que es fundamental promover un debate profundo acerca de nuestro sistema electoral, más allá de una campaña con un afiche más o un afiche menos, donde lo que realmente importa es dar cuenta que estamos frente a un sistema binominal que no ayuda en nada a la representatividad, igualdad y participación que la juventud y la ciudadanía en general esperan del país.

En este sentido, una democracia de calidad para las y los jóvenes de Chile exige mecanismos de representatividad dinámicos y modernos que se adapten a las características que hoy tienen el mundo y la vida juvenil.

Porque me apasiona Chile, me quiero hacer cargo y no el leso. Atinemos con esto, necesitamos mucha ayuda.

Baja tus Imágenes de la Campaña en la página del Injuv.