jueves, 9 de marzo de 2006

El Desafío del Empleo Juvenil

Ser joven en Chile no es cosa fácil. Inmersos en una sociedad que gusta de los estereotipos los jóvenes son asumidos por la opinión pública como “irresponsables”, “indiferentes” y “flojos”, características que a la hora de enfrentar el competitivo mundo laboral se confabulan contra ellos para cerrarles las puertas del trabajo.


Para cada joven la inserción laboral es todo un desafío; una cruzada quijotesca cuando sólo se tienen 18 ó 24 años y se solicita una entrevista de trabajo. No sólo se deben franquear estos prejuicios, que distan mucho de la percepción que tienen de sí mismos, sino atravesar la gran barrera... esa pregunta que castiga el ímpetu juvenil... ¿Cuál es su experiencia laboral?.

Según estudios realizados por el Injuv, el 76% de los jóvenes de la Región de Tarapacá se sienten discriminados por su falta de experiencia laboral a la hora de solicitar un trabajo. Sin embargo, esta “falencia” en manos de un buen empleador puede ser revertida por las numerosas capacidades y aptitudes que le son inherentes a todo joven.

La juventud no sólo está capacitada para entender el agitado ritmo de la evolución tecnológica, sino que posee la predisposición al cambio y el potencial para incorporarlo en su cotidianeidad, así como también es muy capaz de asumir los nuevos desafíos que les impone el convulsionado mundo en que interactúan. Para la juventud es muy importante sentirse acogidos y valorados por sus pares y jefes; con pequeños gestos un trabajador joven dará el 100% de sus capacidades en su trabajo Existen muchas experiencias exitosas que demuestran que cuando se apuesta por los jóvenes los resultados son muy positivos. Es más, cuando han sido capacitados y potenciada la autogestión despliegan no sólo su eficiencia, sino cualidades tales como la solidaridad social y el compañerismo.

Los estudios del Injuv indican que las razones que motivan a las y los jóvenes a trabajar, apuntaban a que lo hacen para ayudar o mantener a su propia familia y a sus padres, y obtener dinero para sus propios gastos. Las por las que no buscan trabajo son desconocidas (32,5%), frente al 16,8% que declara no haber encontrado; el 13,3% que no tiene interés por ahora; el 13,1% no tiene necesidad de hacerlo y el 9% que señala no tener con quien dejar a sus hijos. Mientras tanto, la mayoría cree que a los jóvenes se les paga poco en los trabajos y que el mercado laboral confía más en gente experimentada que en los mismos jóvenes. Sin embargo, asumen con un importante optimismo las preguntas sobre “la percepción del mercado laboral”. El 84% se siente optimista y el 77% preparado.

Sin embargo lo anterior, prevalece más la distancia que el encuentro en el vínculo entre la juventud y el empleo. Este segmento es el más afectado con la desocupación, especialmente cuando muchos ni siquiera han terminado sus estudios o provienen de hogares con bajos ingresos. La tendencia en los últimos dos años indica que el desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años alcanza un promedio de 22%, doblando el promedio de la tasa nacional. Mientras que entre los 25 a 34 años la desocupación promedia el 12%.

Según el Ministerio del Trabajo, el 86% de los jóvenes de entre 15 y 19 años y que se encuentran ocupados o buscando trabajo, no estudia. Además, un poco más de la mitad de ese grupo no ha completado la Educación Media. El no contar con estudios, condiciona una buena inserción laboral. Es ahí la importancia de los 12 años de escolaridad obligatoria impulsada por el Presidente Ricardo Lagos, que busca enlazar el nivel educacional y la mejor calidad del empleo, sustentado además en que la Encuesta Casen ratifica este hecho, confirmando que a medida que aumentan los niveles de estudios, las personas incrementan sus posibilidades de ingresar al mercado laboral

Para generar mejores condiciones de empleo juvenil, se debe incentivar el trabajo independiente, la autogestión y el emprendimiento. Es así como es preciso abordar la incorporación de más jóvenes en el mercado laboral, flexibilizando las relaciones laborales, lo que permitiría compatibilizar el trabajo con los estudios. A pesar de que existe un proyecto de adaptabilidad laboral en la Cámara de Diputados desde hace ya varios meses, no existe consenso aún. Esta es una oportunidad del mundo político para con la juventud, en abrirles mejores condiciones para el ingreso al necesario pero esquivo mundo laboral.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El poder generar mejores condicones laborales para los jóvenes de Chile requiere una capacidad del mundo empresarial de darse cuenta que lo que se pierden al no contratar a un joven es mucho. Sin embargo, para que ello ocurra, se require que la legislación sea más flexible para que los jóvenes puuedan estudiar, trabajar o cuidar a sus hijos y/o hermanos. Esto no significa dejarles la puerta abierta a los empresarios para que abusen, sino que por el contrario, darles herramientas legales para que puedan conocer lo que un joven en el trabajo es capaz de hacer.

Anónimo dijo...

El desempleo juvenil se comienza a combatir desde el aula. Si no hay capacidad de instalar capacidades en los jóvenes de emprender ante la adversidad, o de ser ser creativos ante un esquivo mercado laboral desde la sala de clases, no hay posibilidades de tener prácticas laborales en la juventud que seduzcan.

Anónimo dijo...

Como se va insentivar un joven a trabajar si las condiciones son en general precarias y abusivas.
Primero hay que legislar para que no se atropellen los derechos de los trabajadores, y más aún de los jóvenes, los que recién están empezando a trabajar por sus estudios y por sus familias.