miércoles, 26 de abril de 2006

Educación en Chile: ¿La Subvención asegura la Calidad?...

Siguiendo con la búsqueda de diversos análisis y reflexiones acerca de la educación, su calidad y la proyección de futuro que esta tiene hoy en Chile, he encontrado un importante aporte a este debate que realiza Andrea Repetto, quien pone en el centro de su análisis el proyecto de Subvención Escolar Preferencial enviado al Congreso hace unos meses, el que busca compensar la desventaja con la que los niños de menor nivel socioeconómico acceden al sistema escolar.

Y esto tiene una validez clara y concisa, pues la autora fundamenta que no cuesta lo mismo educar a un niño que vive en la pobreza que a uno de un hogar con mayores recursos. A la hora de lograr un buen aprendizaje, hace una gran diferencia el haber asistido al jardín infantil, tener padres con alta educación y poseer libros y material que estimulen la formación en el hogar. Las diferencias de acceso a recursos de los niños son hoy muy marcadas. Por ejemplo, mientras la escolaridad media de las madres de los niños más pobres es de 7 años, la de los de altos ingresos es de 16.

Los establecimientos municipales y particulares subvencionados educan a más del 90% de los escolares del país, recibiendo del Estado un subsidio por niño de unos 33 mil pesos mensuales. El monto que reciben no depende de las características sociales de la familia. Las subvenciones parejas han sido exitosas en conseguir cobertura: casi el 100% en básica y cerca del 90% en media. Sin embargo, han sido menos exitosas en conseguir calidad. El persistentemente pobre desempeño de nuestros escolares en las pruebas internacionales así lo muestra.

El subsidio tiene como finalidad permitir a los padres escoger entre establecimientos municipales y privados, promoviendo la competencia, y elevando la eficiencia y calidad. De acuerdo a estudios para Chile, los niños en establecimientos particulares subvencionados obtienen en promedio resultados levemente superiores en el Simce que los que se educan en colegios municipales, luego de corregir por diferencias en las características familiares.

Una consecuencia adicional del sistema de subvenciones es la segregación, pues mientras los padres más pobres y menos educados pueden tener mayor dificultad para elegir bien, los colegios tienen incentivos para escoger los alumnos más fáciles de educar para ahorrar costos y mejorar su posición competitiva. Un trabajo reciente del profesor Gregory Elacqua muestra que el sistema escolar chileno está segregado a dos niveles. Primero, la gran mayoría de los niños vulnerables atiende colegios municipales. Segundo, los niños de hogares pobres que se educan en colegios particulares subvencionados lo hacen en establecimientos que reciben casi sólo alumnos de bajos ingresos. En otras palabras, mientras que prácticamente todos los alumnos en colegios municipales comparten la sala con niños pobres, el 43% de los niños en particulares subvencionados no tienen ningún compañero en situación de vulnerabilidad social.

Como toda política o proyecto social no resuelve por sí solo un problema detectado y la subvención diferenciada no es la excepción. Es decir, ella no asegura por sí sola la existencia de un mercado separado para niños vulnerables, ni tampoco asegura que ellos reciban una educación de mejor calidad. Tal como lo plantea el proyecto enviado al Congreso, los colegios que reciban la subvención preferencial deben comprometer metas y mostrar logros concretos. Se debe diseñar programas de apoyo y métodos de seguimiento y evaluación eficientes y efectivos. Se debe informar mejor e involucrar más a los padres, motivándolos incluso a cambiar a sus hijos de colegio si están en uno que es reiteradamente mal evaluado. Por último, los colegios que reciben la subvención estatal y tienen un exceso de demanda deben estar sujetos a reglas de no discriminación, escogiendo a sus alumnos a través de sorteos.

La calidad de la educación es un ámbito central a la hora de proyectar el futuro de Chile. Se generan a partir de este debate algunas fricciones, pero también muchas esperanzas. El acceso más equitativo a ella reducirá las brechas de ingresos que tanto nos preocupa. Pero no basta. Es por ello que constatamos que Andrea Repetto nos indica en sus reflexiones que se requiere mayores estándares de calidad en nuestra educación, lo que hará a la economía más competitiva, elevando el crecimiento y acercándonos al desarrollo. En años recientes, se han incrementado fuertemente los recursos destinados a la educación, aumentando la cobertura, la jornada escolar y las remuneraciones de los profesores. La política educacional en adelante debe elevar los esfuerzos para conseguir una mejor calidad y una distribución más equitativa de ésta.

martes, 11 de abril de 2006

El iPod como Herramienta Educativa

La Universidad de Georgia no sale de lo común con respecto a otras universidades de EE.UU. en cuanto a sus verdes espacios, histórica arquitectura y gran cantidad de estudiantes, que caminan conectados a auriculares blancos o iPods.

La diferencia está en que esta casa de estudios ha sido hábil en captar el interés de los jóvenes por la tecnología, introduciendo el uso de estos aparatos como una manera de difundir materias educativas tan áridas como clases de cálculo o biología, que se pueden descargar y escuchar fuera de las aulas.

Estas son sólo algunas aplicaciones estratégicas para este popular aparato, capaz de almacenar música digital, juegos de video y películas en diseños más avanzados. La profesora de historia Deborah Vess, por ejemplo, les pide a los estudiantes que descarguen 39 películas en sus iPods video, por lo que no tiene que perder tiempo de la clase para ver esas películas. Mientras que el sicólogo de la facultad ha ido reuniendo preguntas frecuentes con respuestas generales para descargar en estos aparatos.

Además, en el campus que posee más de 5.500 alumnos, se ha organizado un grupo especial de alumnos y profesores para buscar otras aplicaciones más sociales para este tipo de tecnología. El grupo, denominado "Dreamers", por ahora baraja sustituir los folletos del campus por archivos de sonido para descargar en iPods. "Cuanto más se libera a los alumnos de las responsabilidades de la sala de clase y fomenta la discusión, más eficiente es el aprendizaje", afirma Dorothy Leland, presidenta de la escuela.

En la Universidad de Carolina del Norte, en tanto, se regalan este tipo de dispositivo a los alumnos de primer año, como una forma de darles bienvenida, incluyendo un archivo de audio sobre la universidad. Además, este tipo de aparatos ha servido especialmente para el uso de los estudiantes de idioma extranjero, para sumergirse en el estudio de la nueva lengua y, además, para integrarse a los diferentes grupos de trabajo.

jueves, 6 de abril de 2006

Los Caminos Hacia una Educación de Calidad…

Es un ámbito que está presente en muchas conversaciones en nuestro país. Tanto en la versión de expertos, pero también en la esfera de quienes nos preocupa la calidad de la educación, y en especial cuando miro y proyecto el futuro de Nicolás y Fernanda, mis hijos.

Con la última aparición de los resultados del Simce han vuelto a ser parte del tapete público los ya tradicionales debates al respecto. Se habla por un lado de la "crisis educacional", basándose en el supuesto estancamiento de los resultados y las brechas entre los grupos socioeconómicos. Sin embargo, y apelando a mirar esta situación con la cabeza fría y haciendo el esfuerzo por no caer en un determinismo o reduccionismo, el análisis de los resultados debe hacerse con algo más de profundidad y sustento técnico, sin apresuramientos.

En general, los planteamientos al respecto se enmarcan en una lógica polarizada e inconexa una de otra. Por una parte, hay quienes sostienen que el único camino para mejorar el sistema es eliminando la subvención entregada a los establecimientos privados y focalizando todos los recursos públicos en las escuelas municipales. Al respecto esta propuesta no sería viable, ya que más del 40% de nuestros niños y jóvenes -muchos de ellos de familias modestas- asisten a colegios particulares subvencionados (sólo hay que mirar la situación de la nueva Comuna de Alto Hospicio). Además, los estudios muestran que las familias valoran la posibilidad de enviar a sus hijos a colegios que ofrecen un proyecto educativo distinto, muchas veces con una opción valórica y social específica, y no sería bueno quitarles la oportunidad de elegir.

Por el contrario, otros sectores plantean que la única manera de mejorar la calidad del sistema y cerrar las brechas entre los distintos grupos socioeconómicos es entregando mayor libertad de enseñanza a las escuelas, traspasando las municipales a la categoría de particulares subvencionadas, derogando el Estatuto Docente y disminuyendo el rol que actualmente asume el Estado. Tampoco esta alternativa es la más adecuada. Si bien debemos darles a las escuelas más autonomía en sus decisiones, ésta no es la receta mágica para mejorar los rendimientos. Si así lo fuera, los colegios particulares subvencionados, que actualmente gozan de mayor autonomía que los municipales, obtendrían resultados académicos muy superiores a los que efectivamente logran. Sin embargo, si se compara el Simce de alumnos con características sociales similares en ambos tipos de establecimientos, los resultados son pocos concluyentes.

Más Estado y menos recursos públicos para la educación privada, o más mercado, libertad de enseñanza y menos Estado. Estas parecen ser las únicas y parciales miradas que priman en un debate que a mi parecer es más profundo y requiere de otras aristas.

Estas anotaciones las sustento en las interesantes reflexiones realizadas por Gregory Elacqua, quien plantea que surge con fuerza un tercer camino, más viable y que conjuga de manera equilibrada lo mejor de ambos extremos. Consiste en mejorar el actual sistema -público y privado- entregando más libertad y autonomía a los colegios y las familias, pero entendiendo el derecho que tiene el Estado de exigir a los colegios subvencionados el cumplimiento de resultados y compromisos.

La experiencia internacional muestra que, para el buen funcionamiento de un sistema educativo como el chileno, es indispensable fortalecer aspectos del diseño organizacional y la fiscalización de las escuelas. En esta línea, el proyecto de ley Subvención Preferencial, enviado al Congreso hace unos meses, busca diferenciar la subvención por nivel socioeconómico, responsabilizar a los colegios por sus resultados y mejorar la calidad y acceso a la información para las familias. A mismo tiempo, es necesario aumentar los requisitos para abrir nuevas escuelas y así frenar el aumento de colegios de mala calidad. Además, para asegurar que las escuelas compitan y se esfuercen por mejorar su desempeño, es indispensable que los padres tengan pleno acceso a las escuelas subvencionadas, con procesos de admisión transparentes y prohibiendo la selección de alumnos por razones socioeconómicas o según el estado civil de sus padres.

Elacqua nos invita a abrir un debate educativo serio y responsable, sin caer en extremos, mejorar el actual sistema de mercado mediante una intervención sólida del Estado y con una comunidad demandante de mejores rendimientos y calidad. No se puede hacer lo uno sin lo otro. Ahí donde se encuentra el mayor desafío.