jueves, 6 de abril de 2006

Los Caminos Hacia una Educación de Calidad…

Es un ámbito que está presente en muchas conversaciones en nuestro país. Tanto en la versión de expertos, pero también en la esfera de quienes nos preocupa la calidad de la educación, y en especial cuando miro y proyecto el futuro de Nicolás y Fernanda, mis hijos.

Con la última aparición de los resultados del Simce han vuelto a ser parte del tapete público los ya tradicionales debates al respecto. Se habla por un lado de la "crisis educacional", basándose en el supuesto estancamiento de los resultados y las brechas entre los grupos socioeconómicos. Sin embargo, y apelando a mirar esta situación con la cabeza fría y haciendo el esfuerzo por no caer en un determinismo o reduccionismo, el análisis de los resultados debe hacerse con algo más de profundidad y sustento técnico, sin apresuramientos.

En general, los planteamientos al respecto se enmarcan en una lógica polarizada e inconexa una de otra. Por una parte, hay quienes sostienen que el único camino para mejorar el sistema es eliminando la subvención entregada a los establecimientos privados y focalizando todos los recursos públicos en las escuelas municipales. Al respecto esta propuesta no sería viable, ya que más del 40% de nuestros niños y jóvenes -muchos de ellos de familias modestas- asisten a colegios particulares subvencionados (sólo hay que mirar la situación de la nueva Comuna de Alto Hospicio). Además, los estudios muestran que las familias valoran la posibilidad de enviar a sus hijos a colegios que ofrecen un proyecto educativo distinto, muchas veces con una opción valórica y social específica, y no sería bueno quitarles la oportunidad de elegir.

Por el contrario, otros sectores plantean que la única manera de mejorar la calidad del sistema y cerrar las brechas entre los distintos grupos socioeconómicos es entregando mayor libertad de enseñanza a las escuelas, traspasando las municipales a la categoría de particulares subvencionadas, derogando el Estatuto Docente y disminuyendo el rol que actualmente asume el Estado. Tampoco esta alternativa es la más adecuada. Si bien debemos darles a las escuelas más autonomía en sus decisiones, ésta no es la receta mágica para mejorar los rendimientos. Si así lo fuera, los colegios particulares subvencionados, que actualmente gozan de mayor autonomía que los municipales, obtendrían resultados académicos muy superiores a los que efectivamente logran. Sin embargo, si se compara el Simce de alumnos con características sociales similares en ambos tipos de establecimientos, los resultados son pocos concluyentes.

Más Estado y menos recursos públicos para la educación privada, o más mercado, libertad de enseñanza y menos Estado. Estas parecen ser las únicas y parciales miradas que priman en un debate que a mi parecer es más profundo y requiere de otras aristas.

Estas anotaciones las sustento en las interesantes reflexiones realizadas por Gregory Elacqua, quien plantea que surge con fuerza un tercer camino, más viable y que conjuga de manera equilibrada lo mejor de ambos extremos. Consiste en mejorar el actual sistema -público y privado- entregando más libertad y autonomía a los colegios y las familias, pero entendiendo el derecho que tiene el Estado de exigir a los colegios subvencionados el cumplimiento de resultados y compromisos.

La experiencia internacional muestra que, para el buen funcionamiento de un sistema educativo como el chileno, es indispensable fortalecer aspectos del diseño organizacional y la fiscalización de las escuelas. En esta línea, el proyecto de ley Subvención Preferencial, enviado al Congreso hace unos meses, busca diferenciar la subvención por nivel socioeconómico, responsabilizar a los colegios por sus resultados y mejorar la calidad y acceso a la información para las familias. A mismo tiempo, es necesario aumentar los requisitos para abrir nuevas escuelas y así frenar el aumento de colegios de mala calidad. Además, para asegurar que las escuelas compitan y se esfuercen por mejorar su desempeño, es indispensable que los padres tengan pleno acceso a las escuelas subvencionadas, con procesos de admisión transparentes y prohibiendo la selección de alumnos por razones socioeconómicas o según el estado civil de sus padres.

Elacqua nos invita a abrir un debate educativo serio y responsable, sin caer en extremos, mejorar el actual sistema de mercado mediante una intervención sólida del Estado y con una comunidad demandante de mejores rendimientos y calidad. No se puede hacer lo uno sin lo otro. Ahí donde se encuentra el mayor desafío.

4 comentarios:

Natho47 dijo...

Seguiremos hablando de mejorar la Calidad educacional,hasta que alguìen se atreva a tomar el toro por las astas ¿porque¡è tanto miedo a los profesores?

Pampino dijo...

Gracias por tu comentario José Luis. Comparto contigo que el tema de la calidad de la educación también pasa por revisar profundamente la calidad docente.

GoNzO dijo...

La evaluacion de desempeño es una herramienta COMUN en las empresas. A mi se ve evalua semestralmente y esta evaluacion es el espacio de intercambio de opiniones y visiones con mi jefatura, quienes a su vez son los encargados de mostrarme las OPORTUNIDADES DE MEJORA EN MI DESEMPEÑO. Por tal motivo, creo que es VITAL el lograr que los docentes capten la evaluacion como la oportunidad de mejora en sus desempeños...

Saludos de un nuevo vecino iquiqueño!

Anónimo dijo...

Como se menciona en algún comentario por ahí, no es posible hablar de calidad de la educación con la precaria calidad de los profesores que tenemos en Chile. No se le puede exigir saber más, aprender más y mejor a los alumnos si los profesores no cuentan con capacidades para enseñar de forma distinta y más eficaz.