viernes, 22 de septiembre de 2006

Dueños de Nuestra Sexualidad

Así titula la Columna de Opinión del Sociólogo Omar Williams López, publicada en la Sección “Página Abierta” del Semanario “IquiqueExpress”, Edición Nº67 del presente año. Fue en las páginas de este medio iquiqueño donde encuentro, después de un recorrido por diferentes editoriales de diarios en "papel" y digitales, en publicaciones de temáticas contingentes y en la Web de distintas organizaciones, una compartida visión acerca de la discusión que se ha dado en Chile respecto de la decisión del Gobierno, a través del Ministerio de Salud de distribuir la llamada “Píldora del Día Después”.

Ante tan álgido debate, este artículo busca aportar en despejar el “ruido” que generan ciertos actores políticos y comentaristas éticos, los que gracias a su incidencia en los medios de comunicación, apelan con argumentos ciegos, posturas anquilosadas, conservadoras y discriminatorias, a imponer su visión política y valórica a todos los chilenos y chilenas, dándole así la mano a una Iglesia Católica que, por sus postulados en esta materia, cada vez más requiere de ayuda para sustentar los añejos argumentos con los que dice defender la vida.

Así, el artículo de Williams ayuda a mirar desde una perspectiva histórica, humanista, sociológica y por lo demás realista, este debate, el que según el autor, tiene profundas vertientes, las que invito a compartir a continuación:

“Todo parece, hacernos creer que la memoria de los chilenos es frágil. En los años sesenta el debate se centro en las pastillas anti conceptivas, debemos confesar que, los discursos de esos años no varían mucho en relación a los que escuchamos hoy, para referirse a la pastilla del día después. Han cambiado los voceros más no los contenidos de fondo.

¿Cómo podemos explicarnos que la decisión del Gobierno es totalitaria, si es un gobierno democráticamente electo y con fecha definida de término de mandato?. ¿Cómo explicar el exabrupto de una institución como la Iglesia?. Los detractores de la pastilla del día después, son los mismos que se opusieron a la implementación de las Jornadas sobre la Educación de los Afectos y Sexualidad (JOCAS) y que hoy rasgan vestiduras por la falta de educación sobre sexualidad en nuestros jóvenes. Dada estas interrogantes debemos preguntarnos ¿Cuales son los temas de fondo?.

Lo primero que debemos señalar es que la medida sanitaria adoptada por el Gobierno, sin duda responde a un crecimiento muy significativo de los embarazos no deseados, en un grupo etareo claramente identificable; dicho de otro modo, existe un crecimiento del embarazo en las mujeres adolescente y en una sociedad que no brinda muchas oportunidades a los jóvenes sin hijo, no cabe duda que las mujeres jóvenes con hijos tendrán menos oportunidades para desarrollarse como persona, su afectividad y su profesión, si algún día lo logran.

Además la información que maneja el ministerio, señala que estos nacimientos se centran en los sectores de más bajos ingresos, es decir en los pobres e indigentes. La compra de las pastillas del día después en farmacias de las comunas más ricas de Chile, muestran un crecimiento significativo. Lo diremos de manera más directa, las jóvenes adolescentes de los sectores mas pobres de nuestro país no acceden a la compra de las ya famosa pastillas, mientras que las adolescentes de mayores ingresos si pueden comprarla con las mesadas del papá o tal vez por intermedio de sus propios padres. Así su futuro no se ve comprometido.

Es evidente que la dimensión sociológica del problema no es asumido por los detractores de la medida asumida por la autoridad pública.

Los censuradores de siempre esgrimen como gran argumento que es un problema ético. ¿Es ético que las jóvenes de los barrios pobres de nuestra sociedad tengan que asumir un embarazo no deseado?. ¿Es ético que las adolescentes de los sectores de ingresos altos tengan más oportunidades para solucionar los embarazos no deseados?.

Para pensadores contemporáneos, como antiguos, la ética la expresa en la siguiente afirmación: “No hagas a otro, lo que no quieres que hagan contigo”.

Pero también detrás de toda esta discusión existen otras motivaciones y argumentos. Todos aquellos que reaccionan con histeria, se oponen al redescubrimiento de la sexualidad y de los afectos que hoy están viviendo los hombres y mujeres de nuestro país.

Debemos reconocer que durante siglos se ha controlado el cuerpo, la sexualidad y los afectos de las personas, bajo el pretexto de argumentos de carácter religiosos. Aproximadamente del siglo XIII, los pensadores católicos, sostuvieron que el sexo era sólo para la procreación y que la mujer era fuente de pecado. La primera afirmación rompe con le pensamiento tradicional de los pueblos originarios, tales como los Hindúes, los Celtas, los Mayas o los Chinos, para quienes el acto sexual es un acto sagrado, es la más intima unión de dos seres, mediante ese acto se hacen uno, siendo dos individualidades distintas. Estas prácticas sociales, de estas naciones, perecieron gracias a la combinación eficaz de la Espada y la Cruz.

La segunda afirmación, no solo sirvió para acusar a muchas mujeres de Brujas y quemarlas en la hoguera, es también la expresión que mejor identifica a los Misógenos.

La discusión de la píldora del día después, es una discusión sobre equidad social, es también una discusión ética y un debate público para descubrir que los dueños de nuestros cuerpos, de nuestra sexualidad, de nuestra sensualidad, de nuestros afectos, somos nosotros, y no los dogmas que buscan el control desde nuestro espíritu”.

Omar Williamas López

Sociólogo

www.tierraiquique.blogspot.com

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La interferencia que históricamente ha hecho la Iglesia Católica en los asuntos que les compete al Estado chileno, queriendo con ello ser garante de la ética y la moral nacional, ha provocado en la mayoría de las veces una perjuicio para aquellos grupos, y tipos de familias que no necesariemente comparten estilos de vida u opciones valóricas que emprende la iglesia.
Muy acertado el artículo.

Félxz Zamora C.
Calama

Anónimo dijo...

La Jocas fueron la oportunidad que tuvo Chile para trabajar con seriedad el tema de la educación sexual y la afectividad. Pero como siempre, la iglesia católica sólo se fijó en la sexualididad (la que asocia a sexo, morbosidad, antimoral, pornografía, libertinaje, etc), para oponerse irracionalmente. No tuvo si quiera el mínimo interés de mirar este programa por el lado de fortalecer la afectividad de los jóvenes chilenos.
El problema que ahora se llenan la boca hablando que la pastillita no es la solución, sino que lo es la educación...
Quién entiende a los curitas???....

Saludos, el Ñurdo...
El Bosque-Santiago

Anónimo dijo...

Q tal José Miguel, aún no leo completamente el artículo, pero junto con darle mis cariñosos saludos a Omar y Blanca, dile al primero que se ponga en onda y cree su blog.

Un abrazo y espero tús mails compromentidos una vez por semana.

mario dijo...

http://el-pinguino.blogspot.com/